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Protocolo de París será sobre medio ambiente pero también sobre salud pública

Fecha de publicación en Latinclima: Lunes, Mayo 25, 2015
Autor institucional: EFE
Región: Mundial
Año de publicación: 2015
ODI
Según datos de la OMS, cada año siete millones de personas mueren a causa de la mala calidad del aire que respiran.

Si la Cumbre de Cambio Climático de París logra concluir con un pacto, no sólo será una resolución de medio ambiente, sino también un importante acuerdo de salud pública, dada la inmensa repercusión que el calentamiento global tiene en el bienestar de las personas.

Esta es la opinión de la española María Neira, directora de Salud Pública y Medio Ambiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que concedió una entrevista a Efe durante la Asamblea Mundial de la Salud, celebrada el pasado mes en Ginebra.

“Si en París se llega a un acuerdo, será el mayor acuerdo de salud pública que se podría conseguir. Las medidas contra el calentamiento global son una de las mejores herramientas de prevención primaria con las que contamos”, señaló Neira.

Los 195 Estados miembros de la Convención de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC) deberán negociar en diciembre en París un acuerdo global de lucha contra el cambio climático, que sustituirá al de Kioto.

“Estamos en un momento crucial donde en París este año se van a tomar decisiones sobre el cambio climático. Pero nos interesa muchísimo que el argumento salud esté dentro, porque todo lo que se decida contra el cambio climático en el fondo son medidas que van a tener repercusión en la salud pública”, insistió.

Según datos de la OMS, cada año siete millones de personas mueren a causa de la mala calidad del aire que respiran.

Un reciente informe publicado por la OMS revela que más de la mitad de la población mundial reside en urbes con índices de polución 2,5 veces mayores de los recomendados por el organismo.

El informe hace un análisis de la calidad del aire en 1.600 ciudades de 91 países, del que se desprende que sólo el 12 por ciento de la población mundial que reside en ciudades respira aire limpio.

Es por ello que tomar medidas para reducir la contaminación, no sólo tiene un impacto directo en el cambio climático, que consecuentemente afecta a la población en otros aspectos, sino que también es prevenir para evitar enfermar.

“Las inversiones para reducir la contaminación se amortizarían con creces al reducirse drásticamente simplemente los costes por hospitalización por enfermedades respiratorias crónicas”, añadió.

Pero no sólo eso, se ha demostrado que la contaminación también afecta a la sangre y es responsable de enfermedades cardiovasculares, como los infartos o los ataques cerebrales.

“Siete millones de muertes anuales ya deberían ser suficientes para que comenzásemos a pensar sobre fomentar un transporte público sostenible, cómo reducir los sistemas de calentamiento y enfriado de los edificios, cómo mejorar nuestro estilo de vida, etc.”, afirmó.

Neira considera que cada vez hay más conciencia ciudadana y política de estos temas pero considera que sin la urgencia necesaria.

“Es un momento crucial pero debemos aumentar la velocidad por cien por lo menos, no podemos seguir a este mismo ritmo, hay que inculcar una política y una cultura de salud pública”, dijo.

Dicho esto, cree que ya no es el momento de lanzar mensajes apocalípticos, sino uno de que el cambio es posible.

“No es que la situación no siga siendo apocalíptica, que lo es, sino que este tipo de mensajes pueden generar parálisis, y queremos exactamente lo contrario”, aseguró.

Para Neira la clave es pensar en el concepto “prevención primaria” que no es más que la implementación del sentido común del “más vale prevenir que curar”.

Algo que aunque parezca lógico, no ocurre.

Neira recordó un estudio realizado entre países de la OCDE que demostró que el 97 por ciento del gasto en salud pública iba destinado a tratamiento y sólo un 3 por ciento a prevención.

De éste 3 por ciento, la mayoría se dedicaba a prevención secundaria, es decir, detección temprana de enfermedades, en lugar de actuar para evitar que la dolencia aparezca.

Ante la urgencia de la situación, Neira pide que la salud se integre de forma transversal en todas las políticas de Estado.

“Todas las políticas de salud pública conllevan que las decisiones se tomen no sólo en los ministerios de Salud sino en todos los otros sectores. Las decisiones que tome un ministro de Energía, de Economía de Transporte van a tener una repercusión muy importante en la Salud”, insistió.

Asimismo, en aras a lograr que “el argumento salud” esté presente en París, el departamento que dirige promoverá durante la Asamblea una declaración para ser aprobada por los ministros presentes.

“Durante la Asamblea les daremos a los ministros un argumentario diciendo por qué las salud tiene que estar presente en las negociaciones de cambio climático para que los transmitan a sus homólogos y jefes de Estado”, aseguró.

 

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