Inicio | Articulos | Turismo teme que ballenas se alejen ante aumento de la temperatura del mar

Noticias

Tour operadores que laboran en cantón de Osa, en Costa Rica

Turismo teme que ballenas se alejen ante aumento de la temperatura del mar

Fecha de publicación en Latinclima: Sábado, Abril 14, 2018
Autor institucional: Latin Clima
País: Costa Rica
Año de publicación: 2018
Daniela Linares
La economía del pueblo de Bahía Ballena, ubicado en el sur de Costa Rica, depende en un 90% del turismo derivado por el avistamiento de cetáceos.

Costa Rica es el único punto del continente donde convergen dos poblaciones de ballenas jorobadas: aquellas que migran desde Baja California en México y otras que lo hacen desde Antártida, siendo este último el desplazamiento más largo realizado por un mamífero (aproximadamente se mueven 8.300  kilómetros).

La razón podría estar en el cálido océano frente a la costa del Pacífico de Costa Rica. Un grupo de científicos brasileños, canadienses, costarricenses y estadounidenses se dieron a la tarea de recolectar datos de la temperatura superficial del agua en zonas de crianza y reproducción de las ballenas jorobadas (Megaptera novaeangliae) que migran desde el sur de América.

Realizaron las mediciones entre 2001 y 2004, luego compararon los datos derivados de cada uno de los sitios. De esta forma, se dieron cuenta de que el área comprendida desde el sur de Colombia, pasando por Panamá y hasta llegar a Costa Rica, presenta una temperatura promedio mayor.

En esta área, la temperatura superficial del agua se registró entre 21 ° Celsius, la mínima y 28,3 ° Celsius, la máxima, estableciéndose el promedio en 24 ° Celsius.

“El desarrollo de la cría en agua cálidas puede llevarla a alcanzar un tamaño adulto más grande y a tener un mayor éxito reproductivo, una estrategia que apoya la hipótesis de la conservación de la energía como una razón para la migración”, se lee en el artículo publicado por los investigadores en la revista científica Biology Letters (2007).

Eso, ¿qué significa? “Si bien para llegar a estas zonas, la ballena tiene que nadar un poco más, el beneficio energético para la cría es mayor porque va a crecer mucho más rápido y no tiene que invertir parte de la energía -que extrae de la leche materna- en regular la temperatura de su cuerpo porque el agua ya se la provee”, explicó José David Palacios, biólogo e investigador de Fundación Keto.

Palacios, desde su trabajo en esta organización, monitorea cetáceos desde el año 2009 en el área marina del Parque Nacional Marino Ballena, ubicado en el cantón de Osa, a unas tres horas de la capital de Costa Rica.

En este parque nacional se observan ambas poblaciones de ballenas jorobadas. Sin embargo, últimamente, Palacios viene notando una disminución de los avistamientos de la población del norte, que ya de por sí es pequeña, cuando la migración coincide en el año en que también ocurre el fenómeno de El Niño.

“Tenemos la hipótesis de que si las ballenas andan buscando aguas cálidas y las encuentran más al norte, por ejemplo en Guatemala o El Salvador, entonces ya no van a tener la necesidad de seguir bajando hasta Costa Rica”, comentó el biólogo de Fundación Keto.

De hecho, Palacios ha recibido reportes de colegas salvadoreños quienes alegan que están observando más ballenas en el norte de este país centroamericano.

Si bien esa puede ser una buena noticia para desarrollar un turismo marino orientado a la observación de cetáceos en El Salvador y Guatemala, la situación no es tan positiva para Costa Rica.

“Esto afectaría el modo de vida de la comunidades costeras en Costa Rica, las cuales dependen del turismo de avistamiento de ballenas como fuente de ingreso”, manifestó Palacios.

Cristina Sánchez, también bióloga e investigadora de Fundación Keto, teme que esa situación que se observa durante el fenómeno de El Niño tienda a agravarse con el cambio climático.

“De hecho, el riesgo es que se dé con la población del sur y eso traería consecuencias socioeconómicas de importancia para las comunidades del cantón de Osa, cuya economía depende de la actividad turística. De allí, la importancia de la adaptación al cambio climático”, aseveró Sánchez.

Ballenas: motor de desarrollo

“Si las ballenas se nos fueran sería muy lamentable, porque dependemos económicamente de ellas. Yo nací en esta zona y las ballenas son las que me han permitido ganarme la vida”, manifestó Rafael Sánchez, coordinador de operaciones de la empresa Bahía Aventuras.

El 90% de la economía de la comunidad de Bahía Ballena depende de los cetáceos.

Anteriormente, Bahía Ballena era un pueblo de pescadores y agricultores. A finales de los años 90, los vecinos empezaron a apostar al turismo de avistamiento de ballenas aprovechando que hacía seis años se había establecido el parque nacional.

“Al crearse el parque nacional en 1992, desde la visión de los pescadores, estos sintieron que se iban a quedar sin trabajo y, buscando opciones, se dieron cuenta de que podían llevar turistas en los botes para que nadaran o hicieran snorkeling. Con el tiempo se fue ampliando el conocimiento sobre los cetáceos y empezaron a brindar esos tours”, dijo Jovino Vargas, vecino de la comunidad y guía turístico.

Con la actividad turística derivada de los tours, empezaron a verse más hoteles y restaurantes en el pueblo. La demanda, tanto de los visitantes como de los nuevos empresarios locales, propició la aparición de supermercados, farmacias, bancos y colegios donde los jóvenes pudieran estudiar.

“Ahora tenemos hasta clínicas y veterinarias”, comentó Vargas y agregó: “ese desarrollo es gracias a la visitación turística que vino por el parque nacional y las ballenas. Esto también permitió generar empleo en la zona, del cual se benefician comunidades aledañas”.

El desarrollo económico alrededor del parque nacional también trajo consigo un despertar de la conciencia ambiental del pueblo, que actualmente está en proceso de eliminar los plásticos de un solo uso.

“No solo se da un cambio cualitativo en la calidad de vida sino también en su conciencia. Son personas interesadas en proteger el mar, ayudan en la gestión del parque, promueven alternativas sostenibles para la zona, algunos hacen educación ambiental y participan en procesos como el Sea Star System”, señaló Luis Monge, quien también labora en Fundación Keto.

¿Le preocupa el cambio climático a la comunidad? Según Rafael Sánchez, al menos a los operadores turísticos sí les preocupa.

“El cambio climático está empezando a afectar la operación de nuestras actividades. Ahora tenemos lluvias más intensas en periodos donde no es usual que llueva. Nosotros viajamos mucho a la Península de Osa y la Isla del Caño, por lo que las lluvias nos afectan en cancelaciones y en el mismo avistamiento. El nivel del mar está aumentando y ha ido ganando terreno en esta área. Esto nos afecta directamente en las embarcaciones, ya que el ingreso de los turistas lo hacemos por la playa”, comentó Sánchez.

Medidas de adaptación

Aprovechando esa conciencia ambiental, en el 2011 Fundación Keto propuso a los operadores turísticos trabajar en un programa de buenas prácticas para mejorar la calidad del servicio que se brindaba, pero también para ayudar a conservar los ecosistemas resguardados por el parque nacional.

De esta manera nació el Sistema Estrella Marina o Sea Star System. “Nosotros trabajamos dentro de áreas protegidas, por lo tanto tenemos que tomar medidas ambientales para que nuestra actividad sea sostenible y responsable. Por ejemplo, en el caso del avistamiento de ballenas existe un reglamento que establece reglas en cuanto a la distancia y el tiempo de observación, pero también nos exige conocer más sobre las especies, su comportamiento y nos obliga a transmitir ese conocimiento al turista”, explicó Rafael Sánchez.

La participación en el programa es voluntaria y las empresas se someten a una evaluación. Por ejemplo, se lleva un control sobre los combustibles y aceites, el cual incluye medidas para su correcta disposición final. También se promueve la reutilización y el reciclaje.

Al final, a la empresa se le otorga un distintivo por sus buenas prácticas que consta de tres estrellas marinas para aquella que alcance la máxima calificación.

Según Catalina Molina, presidenta de Fundación Keto y coordinadora del programa, en el primer proceso participaron 20 tour operadores. De estos, 10 se sometieron a evaluación y exhiben sus estrellas con orgullo.

“Muchas de esas buenas prácticas ya venían siendo implementadas por las empresas. Entonces, este sistema vino a reconocer ese buen trabajo y a mejorar otros aspectos de la operación”, comentó Molina.

Para Sánchez, el programa ayudó a las empresas de la zona a diferenciarse de otras, ya que les permite apostar por un mercado más consciente. “Hay muchas agencias de viajes que buscan empresas que sean responsables y el Sea Star System nos ayudó a posicionarnos en ese mercado”, aseguró.

Ante los impactos del cambio climático, este año los tour operadores iniciarán el proceso de la nueva versión del programa gracias a recursos aportados por el Fondo de Adaptación.

“A inicios del 2017 empezamos a replantear el Sea Star System e incluso a crear nuevas medidas que puedan atender el desafío que trae consigo el cambio climático, cuyos impactos locales ya los estamos viendo en Bahía Ballena”, manifestó Molina.

Lo primero fue realizar un análisis de riesgo de la actividad. Este se hizo con Bahía Aventuras y detectaron, por ejemplo, que uno de los riesgos era la cancelación de los tours debido a eventos climáticos como lluvias intensas.

“Estamos por implementar un sistema de monitoreo satelital de las embarcaciones. Esto nos ayudará en días en que el clima está regular, a conocer la ubicación de la embarcación. También, como alternativa -debido a que a veces no se puede salir al mar por el clima- estamos trabajando en una oferta alternativa de actividades que podamos ofrecerle al cliente. La idea es diversificar nuestra oferta”, comentó Sánchez.

Otro riesgo se deriva del estrés hídrico producto del cambio climático; es decir, en el pueblo se prevé una mayor escasez de agua.

“Ante ese panorama, ellos (Bahía Aventura) ya vienen implementando una serie de medidas de adaptación. Por ejemplo, la empresa tiene un sistema de cosecha de lluvia que utilizan para lavar las embarcaciones y también le dan otros usos secundarios”, agregó Molina.

Tanto Sánchez como Molina coinciden en cuán importante es el turista para que estas medidas sean exitosas. Una mayor conciencia ambiental derivará en un uso racional del agua y la energía.

Con tan solo llevar una botella reutilizable a los tours se está contribuyendo. Anualmente, Bahía Aventuras daba a sus clientes una botella de agua. Eso significaba 10.000 botellas plásticas destinadas a la hidratación.

Actualmente sustituyeron esa práctica y llevan bidones con los cuales rellenan las botellas reutilizables que llevan los turistas.

Otra forma de colaborar es preferir bloqueadores solares y repelentes elaborados con compuestos naturales para que estos no contaminen los corales cuando la persona hace snorkeling.

Asimismo, Palacios aconseja ponerse el bloqueador al menos 30 minutos antes de ingresar al agua. Se ha comprobado que uno de los compuestos de estos productos perjudica a los corales e incide en la degradación de los arrecifes.

“Es una simbiosis. Se trata que la empresa muestre a sus clientes que está ejecutando buenas prácticas y, a la vez, el turista reconozca ese esfuerzo al ser parte de él”, dijo Molina.

Para la presidenta de Fundación Keto, esas buenas prácticas de adaptación pasan necesariamente por un esfuerzo de educación ambiental y, en este sentido, la contribución de los guías locales es importante para informar y concienciar a los visitantes sobre lo que está ocurriendo con el cambio climático así como dar a conocer los esfuerzos que se realizan para reducir las vulnerabilidades.

Ecosistemas más fuertes

Este año, también Fundación Keto apoyará al Área de Conservación Osa (ACOSA) en la formulación de planes de adaptación y mitigación para el Parque Nacional Marino Ballena. Esto será posible gracias a fondos del Fideicomiso Costa Rica por Siempre, el cual es ejecutado por la Asociación Costa Rica por Siempre (ACRXS).

“La importancia de contar con esos planes es que el área de conservación, de una manera constructiva con sus actores claves, propondrá acciones concretas alrededor de la adaptación y la mitigación. Entonces, el área de conservación se comprometerá a cumplir esas metas por medio de actividades dispuestas en un cronograma anual con el fin de sumar a los esfuerzos por reducir el impacto de las amenazas”, indicó Andrea Montero, gerente de programa de ACRXS.

De hecho, y según Molina, estos planes se basarán en el enfoque de Adaptación basada en Ecosistemas, que propone echar mano de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos que provee la naturaleza para aumentar las “defensas” de las comunidades frente a los impactos del cambio climático.

¿Cuáles servicios ecosistémicos? Por ejemplo, el Parque Nacional Marino Ballena tiene arrecifes coralinos que funcionan como barreras naturales ante tormentas.

Asimismo, y a pesar de la escasa extensión de cobertura vegetal, el parque nacional es el guardián del pueblo. “La barrera natural que tiene con las palmeras, los almendros y los manglares contribuye a que, cuando se presentan condiciones climatológicas fuertes, se evite una situación de peligro para la comunidad. El parque recibe el primer golpe y, gracias a eso, nos protege”, comentó Rodolfo Acuña, administrador del Parque Nacional Marino Ballena y funcionario del Sistema Nacional de Áreas de Conservación.

Para que esos servicios sean efectivos ante el cambio climático, los ecosistemas deben estar en óptimas condiciones. “Ecosistemas más sanos y fuertes estarán en mejores condiciones para adaptarse a las nuevas condiciones que trae consigo el cambio climático, pero también podrán ayudar a las comunidades a adaptarse”, comentó Montero.

Por esta razón, y según Molina, los nuevos planes de adaptación y mitigación integrarán el manejo sostenible, la conservación y la restauración de espacios con el fin de que la naturaleza siga proveyendo sus servicios.

Quizá, al sentirse protegidas, las ballenas quieran seguir viniendo a Costa Rica.

Galería de imágenes

Añadir nuevo comentario