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Ecuador: caminando hacia la utopía ambiental
En la última década Ecuador inició una Revolución Ecológica que apostaba por la transformación productiva bajo un modelo ecoeficiente con mayor valor económico, social y ambiental. Con la Constitución de 2008, el país asumió el liderazgo mundial en el reconocimiento de los derechos de la naturaleza, garantizando el respeto integral de su existencia, su mantenimiento y la regeneración de sus ciclos vitales y procesos evolutivos.
Así mismo, propuso alternativas innovadoras para enfrentar el cambio climático, con énfasis en el principio de corresponsabilidad, tales como la Iniciativa Yasuní – ITT, los mecanismos de emisiones netas evitadas y el impuesto Daly – Correa. Desafortunadamente varias de estas propuestas no tuvieron eco a nivel mundial ni empoderamiento a nivel local, quedando solo en el marco teórico o la propaganda institucional.
Sin embargo, el Plan Nacional del Buen Vivir fijó una dirección y el Objetivo 7 buscó “Garantizar los derechos de la naturaleza y promover la sostenibilidad ambiental territorial y global”. Los logros alcanzados fueron expuestos por el Ministro del Ambiente, Wlater García, durante su intervención en la Conferencia de la Naciones Unidas sobre Cambio Climático desarrolada en Marrakech (COP22). Él indicó que "el 92% de la generación eléctrica del país proviene de fuentes renovables y se ha reducido la tasa de deforestación neta anual en 49% en relación a las dos últimas décadas". En términos de adaptación, el país ha destinado cerca de USD 24 millones a proyectos de seguridad alimentaria, agua y fortalecimiento de capacidades. Esto ha beneficiado a más de un millon de personas. "Todo esto pese a que Ecuador contribuye con apenas el 0,15% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero", según indicó.
Además de lo expuesto, García pidió que las exigencias del Fondo Verde Climático se flexibilicen para los países en vías de desarrollo, mostró preocupación por la posible disolución del Fondo de Adaptación después del año 2020 y planteó la necesidad de que se instaure un proceso de reposiciones provenientes de fuentes públicas que no dependan de recursos privados. Al finalizar su intervención, García hizo un llamado a velar por el cumplimiento del Acuerdo de París que entró en vigor el pasado 4 de noviembre de 2016 y que persigue mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los dos grados centígrados respecto a los niveles preindustiales con el fin de asegurar la supervivencia de la vida en el planeta.
Pocos aún
Pero mientras Ecuador propone soluciones innovadoras a nivel internacional, casa adentro son pocas las organizaciones que se preocupan por el cambio climático. En los últimos tres años, alrededor de 30 empresas del país han obtenido la certificación internacional “Carbono Neutro”, que se está posicionando como un medio para reducir y compensar emisiones que se producen por actividades que realiza cotidianamente el ser humano.
Javier Guarderas, gerente de la consultora ambiental Sambito, explicó que dicho certificado es como una metodología ISO que cuantifica la cantidad de energía, combustible y desechos consumidos en un año. Una vez que se tiene cuantificado el inventario de cantidad de toneladas de CO2, según la metodología, hay que reducir al menos un 5% de esa cantidad, y el 95% restante se lo compensa sembrando árboles, que van a captar ese porcentaje de contaminación, mencionó Guarderas.
Una de las empresas certificadas es Banco del Pacífico, quien recibió el certificado de Carbono Neutro, a través de la Universidad Earth. Efraín Vieira, presidente ejecutivo de la entidad, manifestó que dentro del concepto de Responsabilidad Social del banco, uno de los temas prioritarios, es el de “cada día contaminar menos”.
Otra de las empresas que ha seguido este camino es la exportadora de banano Tropical Fruit que recibió la certificación de carbono neutro tras un proceso de poco menos de un año realizando las gestiones para ello. “Nuestro primer interés fue conocer el impacto de nuestro negocio en el ambiente, medir la huella de carbono”, indica Oswaldo Menéndez, gerente general de esa empresa que, para obtener ese sello ambiental, certificó su cadena logística.
Sin embargo, ellos son la excepción a la regla pues las organizaciones interesadas en certificarse Carbono Neutro son apenas el 0,1% de las más de 50.000 compañías registradas en Ecuador. Así mismo, de acuerdo a la Encuesta de Información Ambiental Económica en Empresas (EIAEEE), apenas 7,5% de las empresas de alojamiento y servicio de comidas realizaron gastos durante 2015 para proteger el aire, el clima y la capa de ozono. En el segmento de las industrias manufactureras el porcentaje se incrementa a 17,5%.
Lo que sucede con las empresas es reflejo de lo que pasa en general con la población. De acuerdo con el Instituto Ecuatoriano de Estadísticas y Censos (INEC), solo 3 de cada 10 hogares se preocupan de la situación ambiental de su barrio. Falta enfatizar esfuerzos en educar a la ciudadanía a fin de que las acciones para el cambio climático pasen del discurso político y los planes nacionales a la cotidianidad de la población y las empresas.