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Conservación privada en Costa Rica contribuye a cobertura forestal y turismo
Una red de reservas privadas aporta a la cobertura boscosa del país y al turismo mediante actividades compatibles con la conservación.
Costa Rica posee una cobertura forestal del 52,4%. Es decir, poco más de la mitad del país está cubierto por bosques, lo cual constituye un hito a nivel global, muy acorde a su imagen conservacionista, que es, a su vez, uno de sus grandes atractivos turísticos.
La mitad de ese porcentaje, un cuarto total del territorio, son parques nacionales y reservas en manos del Estado y la otra mitad son terrenos privados con cobertura forestal de diverso tipo, muchos de los cuales también reciben pagos por servicios ambientales como la captura de carbono, la protección y recuperación de la biodiversidad, la protección de fuentes de agua y la belleza escénica. Costa Rica también ha sido un país pionero en el reconocimiento de estos servicios.
De estos terrenos privados, un total de 92300 has de bosques son conservados de forma voluntaria en el país en 217 áreas protegidas, como parte de la Red Costarricense de Reservas Naturales (RCRN).
Dichas áreas protegidas privadas le permiten al público visitante realizar actividades compatibles con la conservación, como es el caso de caminatas, observación de la vida silvestre, camping, cabalgatas, ciclismo de montaña, investigación científica y educación ambiental. Muchos de estos sitios también ofrecen servicios de hospedaje y alimentación.
Un ejemplo es Tirimbina, un refugio de vida silvestre privado, con 345 hectáreas de bosque tropical húmedo, ubicado en la Virgen de Sarapiquí, a una hora y media de la capital, San José. Esta reserva, administrada por una asociación sin fines de lucro, está dedicada a la educación ambiental, la investigación científica y el turismo naturalista, tanto nacional como internacional. También recibe pago por servicios ambientales.
Para Hosana Barquero, una turista costarricense, “la belleza del sitio e infraestructura de hospitalidad, con senderos, puentes colgantes y ese río magnífico que cruza el lugar, lo hacen realmente especial. También es un sitio de investigación científica con una abundante riqueza biológica, accesible a todo visitante, y cuyo bosque lluvioso invita a explorarlo y vivirlo con todos los sentidos”.
Apoyo a marca país
De acuerdo con Pedro González, presidente de la RCRN, estas áreas protegidas “visualizan el impacto que brinda la actividad turística en el país, además de apoyar la conservación de recursos vitales como el agua y la producción de energía”.
Por medio de la Red, diversos actores comparten también sus experiencias e inciden políticamente para fortalecer la conservación privada como un complemento a la pública y también como apoyo a la marca país Esencial Costa Rica, de respeto a la naturaleza.
De ahí que la Red esté abierta a toda persona física o jurídica que demuestre ser propietaria de áreas naturales, ya sea bosques primarios o secundarios, sujetos a la extracción de madera caída únicamente y bajo manejo sostenible, como es el caso de bosques sembrados exclusivamente con especies autóctonas del lugar, páramos y humedales.
El dueño o administrador debe garantizar también la preservación o el aprovechamiento sosteniblemente de estas áreas por medio de actividades compatibles con la conservación y el respeto a las leyes. Más información sobre las reservas aquí